Introducción
Algunas historias de equipo quedan grabadas para siempre en la memoria colectiva. El 12 de junio de 2021, “Atléticos del Norte” protagonizó una de esas gestas: perdían 0–3 a los diez minutos del segundo tiempo y, con un coraje imparable, lograron empatar y ganar por penales. Aquí relatamos minuto a minuto cómo la fe, la estrategia y el espíritu de grupo hicieron posible lo imposible.
Primeros momentos: desorientación y caída
El torneo sub-14 de la Federación Andina estaba en semifinales cuando “Atléticos” cayó ante un rival físico y ordenado. Dos goles rápidos filtraron el ánimo. Durante el entretiempo, el equipo técnico reunido en el vestuario notó rostros desencajados: “Chicos, ustedes tienen historia para cambiarla. Somos uno solo, luchemos juntos”, motivó el capitán Julián.
Vuelta a la cancha: el renacer colectivo
En el segundo tiempo, un córner mal defendido resultó en el tercer gol rival. Muchos habrían bajado los brazos, pero no ellos. Con un cambio táctico de última hora, movieron a Olivia al centro del campo para crear superioridad numérica. El primer gol llegó a los 58’ tras una jugada de toques cortos y pase al espacio que ella definió con empeine. La chispa de la esperanza encendió el resto del equipo.
Gol tras gol: la ola de energía
A partir del empate transitorio (3–3 al minuto 70’) el estadio viró su apoyo. Cuando el árbitro pitó el final del tiempo reglamentario, el marcador oficial decía 3–3. En la tanda de penales, la confianza de los “Atléticos” fue total: las atajadas de Carla en la portería y los disparos certeros de cada uno sellaron un 4–2 definitivo.
El abrazo de la victoria
El éxtasis colectivo explotó en abrazos y cánticos. Jugadores, cuerpo técnico y afición compartieron una ovación interminable. La remontada no solo valió el pase a la final, también reforzó la identidad del club: “Aquí nadie se rinde”, se convirtió en lema.
Legado en el club
Semanas después, la historia se convirtió en motivación permanente. En cada entrenamiento, se repasan fragmentos del partido y se recrea la intensidad de aquel día. El torneo final lo ganaron con menor dramatismo, pero con la seguridad de que ya habían vivido su momento de gloria.
Conclusión
La hazaña de “Atléticos del Norte” recuerda que un equipo verdaderamente unido puede revertir cualquier adversidad. Esa épica semifinal es, hoy, leyenda viva en el fútbol juvenil andino y un ejemplo para todas las divisiones inferiores: nunca subestimar el poder de la unión y el coraje colectivo.